¿Alguna
vez pensaste que, aunque había cosas de tu pareja que no te gustaban,
seguramente podías hacer que cambie por amor? ¿Alguna vez tu pareja ha mirado
tu celular, revisando tus mensajes o con quién has hablado? ¿Alguna vez tu
pareja te ha recriminado como te vistes o que salieras con tus amigas/os?
¿Alguna vez te has ilusionado cuando tu pareja se puso celosa/o porque hablaste
con un amigo tuyo, ya que esa es una muestra de quererte?
El amor romántico es un concepto que defiende a el amor
como eterno, exclusivo, incondicional y sacrificado.
Podemos
entender por amor romántico un modelo de
amor que sostiene la familia tradicional y que está basado en una serie de
mitos o creencias falsas que tienden a rechazar y excluir otros tipos de amor, de
manera que lo convierten en un amor dañino que no contribuye a construir formas
diferentes de afecto y cuidados de un amor sano.
Estos
son los pensamientos que promueven ese amor romántico y que nos han vendido por
generaciones:
· La Media naranja:
Esta premisa es peligrosa porque nos hace
creer que para hallar la felicidad es
básico tener una pareja, si
no, no somos personas completas,
ni felices.
¿Consideran que es sano pensar que no somos personas
completas? ¿Qué debemos buscar a esa otra media naranja para que nos complete?
¿Qué debemos buscar a otra persona que encaje perfectamente con nosotros?
Somos personas completas con o sin pareja y no debemos
olvidarlo jamás.
· El amor es para siempre.
Les aseguro que todos hemos dicho alguna vez esta frase y ahora pensemos, ¿de verdad fue para siempre? ¿acaso no nos lastimó mucho pensar de esta manera y fracasar en el intento? Lo ideal es comprender y aceptar que es lo más sano es amar a tu pareja mientras dure. Aprender a dejar ir es parte fundamental de la madurez emocional porque significa entender que las personas no somos objetos que pueden "pertenecer" por siempre a alguien.
· Solo tengo ojos para ti.
Situamos a la pareja en una especie de entidad sagrada, y muchas veces dejamos de lado otras relaciones porque nada más importa.
Pensemos, ¿nuestros amigos y familiares se merecen
esto? ¿reducir nuestras relaciones no supone depositar una gran responsabilidad
en la pareja? ¿es sano? ¿dónde queda el cuidar a las personas que queremos y
son importantes?
·
El amor duele.
El amor y dolor han sido mezclados en una misma danza. Naturalmente que hay que aceptar que las relaciones nunca están exentas de altibajos, pero en un vínculo sano deben primar las emociones positivas, las que nos expanden y hacen crecer, y lo más esencial, entendamos que una relación de pareja sana no duele, no lastima. Justificar los malos tratos y la violencia no es amor.
·
Discutir
es malo/bueno:
Discutir no es malo en sí. Es normal tener discrepancias y no pasa nada por hablar sobre ello siempre que no se falte al respeto. Por el contrario, no discutir nunca no es necesariamente algo 100 % positivo. Puede que estemos callando cosas que realmente pensamos o creemos especulando que tener diferencias es algo malo.
·
El amor
todo lo puede
Nos han hecho creer que el amor es invencible, incondicional y que, gracias a él, los problemas en una pareja se superarán sí o sí.
Pero la verdad es que hay problemas que seguro tienen
solución y otros que no, las personas no cambian por amor. Pensar que el amor
lo puede todo solo lleva a que nos decepcionen una y otra vez y a justificar
actitudes violentas en nombre del amor y con la esperanza de un cambio.
· Me cela porque me quiere
Los celos son el reflejo de miedos e inseguridades y son fruto de los mitos que hemos mencionando, nunca son señal de amor. No podemos tolerar los celos ni creer que indican amor, porque lo que indican es límites, control y pertenencia. Las personas no nos pertenecen. Si hay algo que no nos gusta, lo mejor es llegar a acuerdos de sinceridad y respeto con tu pareja.
·
Te quiero
más que a mi vida.
Situamos a la pareja en lo más alto, y la valoramos por encima de nosotros mismos. Llegando incluso a aceptar comportamientos y escenas que no nos agradan, con la finalidad de no perder a esa persona amada. Incluso colocamos al resto de formas de amor, como la amistad, en un segundo plano.
·
Hay que
hacerse de rogar
Pensar que es bueno "hacerse los o las difíciles" cuando nos "cortejan" hace que algunas personas no entiendan que cuando decimos no es no. Lo peligroso de este asunto es que esta romantización del cortejo nos lleva a normalizar el acoso.
Todas estas características
se manifiestan muchas veces de formas sutiles y no son fáciles de detectar.
Hemos crecido con referentes que las reproducen una y otra vez y que nos llegan
a diario a través de series, películas, libros, anuncios, etc. Y aunque puedan
parecer inofensivas, estas características combinadas conducen a relaciones de
maltrato y a la violencia. Es importante que seamos capaces de analizar y
decidir que nos sienta bien y que no nos gusta, para poder transmitirlo y poder
construir relaciones sanas basadas en la sinceridad y el respeto mutuo. El amor
no duele y hay límites que no se pueden cruzar, eduquemos a nuestra juventud y
a nosotros mismos basándonos en relaciones sanas, y en un buen amor hacia
nosotros y nosotras mismas, y hacia los demás. Si lo necesitas busca ayuda,
busca información, siempre puedes dirigirte hacia un sexólogo o sexóloga que estamos
capacitados para ayudarte.
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